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¿Cómo es el proceso duelo y qué hacer cuando lo enfrentamos?

Es un proceso psicológico que se genera ante una pérdida, la cual -a su vez- se vive con mayor o menor intensidad dependiendo del vínculo emocional que se tenga con lo que se ha perdido.

Puede generarse por diversos motivos, como -por ejemplo- la muerte de un ser querido, rupturas de pareja, deterioro de la salud, pérdida del empleo, mudanza y/o migración. Dicho proceso tiende a estar acompañado por diferentes reacciones, que pueden variar en
cada persona de acuerdo a sus características y el tipo de relación que se tenga con lo perdido o con lo que se está perdiendo. Sentimientos: tristeza, rabia, desesperanza, ansiedad, culpa, anhelo; Pensamientos: preocupación, dificultad para concentrarse, confusión; Sensaciones físicas: opresión en el pecho, malestar estomacal, mareos, cefaleas; y Comportamientos: insomnio, aislamiento, inapetencia, irritabilidad, inquietud.

En un principio es habitual que, quien vive este proceso, pase de una sensación de irrealidad o incredulidad, a la ira y, de ésta, a la tristeza, hasta que se pueda ir avanzando en la aceptación.

El duelo, en tal sentido, tiene diferentes etapas, que de por sí no son estáticas o fijas, ni necesariamente lineales: en ese avance hacia la aceptación pueden también haber retrocesos e incluso podemos ver que -después de haber elaborado completamente el duelo- algunas fechas importantes, como las navidades, los cumpleaños o algún aniversario, pueden reactivarlo, reapareciendo esas emociones asociadas a la pérdida.

6 cosas que puede ayudarnos en el proceso

  1. Contactar con las emociones; no intentar reprimirlas.
  2. Evitar autopresionarse: vivir las etapas con naturalidad, sin “obligarse” a estar bien o a
    superar una etapa antes de tiempo.
  3. Relacionarse con personas que le generen bienestar.
  4. Establecer rutinas, procurando siempre respetar los tiempos de sueño, la alimentación y buscar hacer actividades físicas o deportivas que favorezcan la salud.
  5. Rituales de despedida: encontrar un espacio para conectarse emocionalmente y
    ejecutar una acción que simbolice el cierre -la despedida de aquello que se ha ido-.
  6. Focalizarse en objetivos y centrarse en nuevas metas.

Y si es un familiar o amigo el que está viviendo el duelo ¿Qué podemos hacer?

  1. Mostrar disposición a acompañar y apoyar.
  2. Preguntar a la persona, abiertamente, ¿cómo se siente?
  3. Permitir el desahogo: quien vive un duelo necesita contactar con sus emociones y
  4. Hablar de ello le ayuda a reconocer lo que ocurre.
  5. Evitar minimizar la situación o apelar a típicas frases como “ya deberías estar mejor”,
    “tienes que ser fuerte”.
  6. Ayudar a reestructurar la rutina diaria y las actividades de autocuidado.
  7. Siempre que la persona lo desee, brindar compañía en los rituales de despedida.
  8. Si identifica señales alarmantes o una intensidad emocional desbordada, que la persona no logra encauzar, sugerir que busque apoyo profesional.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Aunque el proceso de duelo es esperado y normal, cuando se ha perdido aquello que se atesoraba, en ocasiones algunas personas tienen dificultades para controlar la intensidad de los sentimientos que las invaden, llegando incluso a desarrollar trastornos como la ansiedad y la depresión. Elaborar el duelo correctamente es importante y muchas veces necesitaremos acudir a un profesional -psicólogo y/o psiquiatra- que nos ayude a identificar esos recursos que nos permitirán seguir adelante y encontrar las mejores estrategias para enfrentar sanamente la nueva realidad. La psicoterapia es un excelente espacio en el que seremos escuchados y recibiremos contención, así como la ayuda necesaria para gestionar las emociones y diseñar nuevos objetivos y metas.

 

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