El divorcio o la separación conllevan una montaña rusa de emociones. Aceptar la realidad de la ruptura y encontrar formas de comunicarse de manera efectiva, especialmente cuando hay hijas e hijos involucrados, son aspectos cruciales del proceso. En este artículo, exploraremos los retos emocionales que enfrentan las personas durante la separación, cómo afecta la ruptura, cómo hablar con las hijas e hijos y la importancia de llegar a acuerdos saludables para todas las partes involucradas.
1. Retos emocionales durante la separación:
El divorcio o la separación pueden desencadenar una serie de emociones intensas: tristeza, enojo, vergüenza, culpa, ansiedad, remordimiento, soledad y miedo. Pero al mismo tiempo pueden producir otras emociones como alivio y esperanza. Es por todo ello que la persona puede sentir una gran confusión. Es fundamental reconocer y validar estas emociones para poder avanzar. No es fácil decidir separarse o divorciarse por diferentes motivos, las emociones que se desencadenan pueden ser abrumadoras y pueden llegar a entorpecer una separación honesta y saludable, por lo que en muchas ocasiones va a ser crucial buscar apoyo emocional a través de amigos, familiares o psicólogos especialistas para sobrellevar estos sentimientos. Es importante que estas personas, que serán nuestro apoyo emocional, no nos lleven a odiar a la que fue nuestra pareja o a orientarnos a tomar decisiones que luego no nos convengan.
2. El duelo del proyecto de pareja:
Aceptar el fin de una relación puede ser una de las partes más difíciles de la separación. Es un proceso que pasa por muchas etapas y que tendrá diversos significados en diferentes momentos de la vida. Aceptar que la relación ha llegado a su fin no solamente es la pérdida de una pareja a quien se amó, sino la pérdida de un proyecto vital que había dado sentido a nuestros esfuerzos y a nuestra forma de ver la vida. Un proyecto de pareja y de familia es proyectarse en el futuro de una cierta manera, normalmente implica una inversión de energía, tiempo, amor y dinero para su construcción. Al romperse la pareja, muchas veces queda sostener otros espacios comunes que siguen su evolución y que no se rompen, como la paternidad/maternidad o las relaciones de amistad y familiares con otros miembros de la familia o del círculo cercano de la pareja.
Muchas veces se llega a la separación o divorcio cuando se encuentra la pareja agotada de dar siempre con la misma piedra, por lo que el momento de ruptura puede ser abrumador y delicado al mismo tiempo. En la mayoría de las ocasiones, el punto de ruptura traerá un nuevo significado a lo que ha sido esa relación, pudiendo tener una connotación muy negativa y llegando a desconocer totalmente a la persona que ha sido nuestra pareja. Integrar el daño que nos ha ocasionado o que le hemos ocasionado a la persona a la que hemos querido y respetado es en muchas ocasiones complicado, pero al mismo tiempo necesario para poder realizar un duelo del proyecto conjunto que se rompe.
3. Cómo hablar con los hijos:
Cuando hay hijos e hijas involucradas, es esencial manejar la conversación sobre la separación con sensibilidad y empatía. Los padres/madres deben ser honestas, pero también deben adaptar la información a la edad y nivel de comprensión de sus hijos e hijas. Es fundamental asegurarles que el divorcio no es su culpa y que ambos progenitores seguirán siendo parte importante de sus vidas. La co-parentalidad efectiva implica una comunicación continua y una disposición para trabajar juntos en beneficio de las hijas e hijos, por lo que es más positivo para los niños y niñas el poder tener a ambos progenitores presentes cuando se les da a conocer la decisión que han tomado, así como estar cada uno abierto a responder a sus preguntas y escuchar sus sentimientos.
4. ¿Cómo llegar a acuerdos saludables?:
Llegar a acuerdos durante la separación o divorcio puede ser un proceso complicado. Es importante abordar temas sensibles como la custodia de los hijos, el reparto de bienes y las responsabilidades financieras de manera equitativa y justa. Al ser temas muy sensibles, es necesario darse el tiempo necesario para procesar primero las emociones más abrumadoras, tener un espacio de reflexión y de comprensión de las necesidades de todos los miembros de forma individual para luego poder dialogar con la otra persona sobre las decisiones que se van a tomar. La mediación familiar puede ser una opción útil para llegar a acuerdos de manera amistosa, evitando así costosos y desgastantes litigios. Estos métodos fomentan la comunicación abierta y la negociación, todo en un ambiente de respeto, lo que ayuda a establecer bases sólidas para la co-parentalidad futura y a aumentar la capacidad de resiliencia de los miembros de la pareja.
5. El divorcio es desafiante pero es posible atravesarlo protegiéndonos
La separación y el divorcio son procesos emocionalmente desafiantes, pero con el apoyo adecuado y la voluntad de trabajar juntos, las personas pueden superar estos desafíos. Aceptar la pérdida de un proyecto vital, hablar con los hijos e hijas con empatía y llegar a acuerdos saludables son pasos clave en el camino hacia la curación y la construcción de nuevas vidas separadas. Con la orientación adecuada y el compromiso de todas las partes involucradas, es posible navegar por estas aguas turbulentas y llegar a la otra orilla con fuerza y resiliencia.