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Psicólogo online: ¿qué necesitamos saber?

Tras la difícil situación sanitaria y los cambios estructurales que atravesamos, los servicios
virtuales están ocupando un lugar significativo. Niños y adolescentes ya contemplan los dispositivos como una forma más de comunicarse naturalmente y vincularse con otros. Los adultos también nos incorporamos cada vez más a la tarea de hacer redes y labores digitales.
La figura del psicólogo online, si bien no es novedosa, ha ganado una relevancia social que merece ser revisada.

¿Funciona la terapia online?

La modalidad online es precisamente eso, una modalidad. Ciertamente, la experiencia es distinta a presentarse en un despacho. Sin embargo, distinto no quiere decir inferior. La presencia es algo que trasciende al solo acto de aparecer corporalmente en un lugar. Así como se puede estar físicamente en un espacio pero internamente ausente o en otro, también se puede estar presente de muchos otros modos, por ejemplo, a distancia.

Siempre que la escucha activa y la disposición del terapeuta estén ubicadas en el lugar correcto, que se posibilite el diálogo y el paciente se encuentre a gusto en donde esté, la intervención podrá ser tan beneficiosa y rigurosa como si compartieran espacio físico, pues
ese otro espacio creado será igual de real.

¿La psicoterapia online es para todos?

Muchas personas buscan terapia online por:

  • Accesibilidad.
  • Desplazamiento.
  • Lugar de residencia
  • Idioma (distinto al local).
  • Comodidad.

Sin embargo, no en todos los casos resulta recomendable. Será preferible una atención tradicional presencial ante situaciones de riesgo clínico.

Lo ideal será valorar si resulta una buena opción para el trabajo específico con quien consulta, evaluando y respetando tanto preferencia y singularidad como la recomendación
profesional en cada caso.

¿Existen “Términos y condiciones”?

El espacio a distancia requiere acuerdos, reglas y un encuadre que responda a una lógica terapéutica, del mismo modo que cuando se acude a un despacho. Para la intervención se acordará lo relativo al qué, cómo, cuándo y dónde, con miras asentar las bases que abran lugar a las otras grandes preguntas que trae quien consulta.

Para el momento de las sesiones online, podríamos sugerir:

  • Ubicar un espacio físico que permita hablar libremente.
  • Sentarse en un lugar cómodo.
  • Usar auriculares que permitan que escuches solo aquello que sucede en sesión.
  • En la medida de lo posible (tomando las medidas previas necesarias), desconectarse de otros dispositivos o aplicaciones por el tiempo de la sesión. Dejar de atender a lo que sucede fuera puede ayudar a concentrarse en lo que ocurre dentro.
  • Tomarse unos minutos para prepararse antes de la sesión. Ese tiempo que nos tomaba ir al despacho, es sustituido por un clic al “Iniciar sesión”. Una breve pausa previa permitirá hacer una transición más amable entre lo cotidiano y el espacio terapéutico.

En resumen, se trata de otra forma de experimentar el proceso psicoterapéutico, igual de valiosa, eficaz, ética y que debe respetar el mismo tipo de trabajo de fondo.

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