Hoy comienza el proceso de desescalada, el inicio del desconfinamiento. Puede ser que ante este proceso no te sientas preparado para volver o no identifiques dentro de ti la necesidad de salir.
¿Por qué ocurre esto?
Ahora que se flexibilizan las medidas, y empezamos un proceso de apertura hacía al afuera, el cambio permanece, no volvemos exactamente a nuestra vida anterior. Salimos a la calle, pero salimos de otra manera, a una realidad nueva: Los niños continuan casa, el trabajo no vuelve a ser el de antes, las salidas tienen que ser con precauciones, la socialización es diferente, ahora con distanciamiento social, sin poder tocarnos como antes, ni vernos como antes. Esta nueva realidad, nos genera temor, resulta amenazante y es esperado sentirnos vulnerables.
Tantos cambios pueden hacernos sentir movilizados a nivel emocional, hacernos sentir que extrañamos nuestra vida anterior, que esta nueva realidad no nos gusta, e incluso por momento, sentirnos enfadados y tristes por este cambio.
Otra causa de por qué para a algunos volver resulta complejo, es el hecho que la casa se ha convertido, hoy más que nunca, en un lugar seguro, donde nos sentimos protegidos. Hemos tenido la oportunidad de establecer una nueva relación con nuestra casa, de experimentar cosas que quizás necesitábamos: mayor tiempo para nosotros mismos, mayor tiempo familiar, hacer cosas que teníamos tiempo queriendo hacer. Ha sido una pausa, quizás para muchos necesaria en medio de la velocidad en la estábamos viviendo, dejar esto, dejar el lugar que todo este tiempo nos ha hecho sentir seguros también puede hacernos sentir ansiosos y preocupados.
Finalmente, la razón por la que todo esto está ocurriendo, es el miedo al contagio, el temor por tener la enfermedad o porque algún familiar la pueda contraer. La idea es poder construir de nuevo la confianza hacia el exterior, para ello se requiere tiempo y que podamos pensar quede la misma manera que hemos podido encontrar el equilibrio en casa durante estos 70 días, poco a poco iremos integrando esta nueva forma de estar y reincorporando el exterior a nuestra vida cotidiana. Aunque sabemos que no todo lo podemos controlar, sí que podemos controlar las medidas de seguridad, la forma en la que nos vamos a cuidar de ahora en adelante.
Algunas ideas que pueden ayudar a transitar este proceso de adaptación.
- Lo más importante, no evitar estos sentimientos ni dejar a un lado esto que sentimos. Darles un espacio, porque son esperados. Han pasado muchas cosas complejas de abordar y a veces queremos que se procesen rápido, sin embargo, para poder ordenar todos estas emociones es necesario el tiempo para sentirlas y vivirlas con conciencia.
- Poder pensar qué han significado para ti estos cambios y como te hacen sentir y expresarlo, intentar poner en palabras lo que sientes, por medio de la escritura o de espacios de conversación.
- Respetar tus tiempos, recuerda que todos somos distintos y que cada quien tienen sus ritmos, unos saldrán sin miedo, más rápido, otros más precavidos, lo importante es priorizar y escuchar el ritmo que tú necesitas para procesar todo esto, sin compararte con los demás.