perfeccionismo

Perfeccionismo: Cuando te conviertes en tu propio verdugo

 

¿Qué es el perfeccionismo?

El perfeccionismo está asociado con la búsqueda de altos estándares de desempeño. Se evidencia en el funcionamiento de algunas personas, la presencia de una autoevaluación crítica y rígida, mostrando poca tolerancia y preocupación por cometer errores. 

Ahora bien, en los últimos años se ha considerado que el perfeccionismo es un constructo multidimensional en el que pueden distinguirse un aspecto adaptativo, que de hecho es normal o saludable, y un aspecto desadaptativo. El perfeccionismo adaptativo está vinculado con el establecimiento de metas exigentes -realistas- y la búsqueda de hacer las cosas de la mejor manera posible; los errores terminan siendo asumidos como parte del proceso y no ponen en riesgo la seguridad en sí mismo.

Por su parte, en el perfeccionismo desadaptativo se definen metas excesivamente elevadas, muchas veces fuera de la realidad o de lo que es humanamente posible conseguir; los errores son experimentados como experiencias de fracaso: es frecuente que se generen dinámicas de insatisfacción, así como una percepción negativa de sí mismo (se ve afectado el autoconcepto), siendo difícil poder reconocer los logros obtenidos. Cuando privan las características propias del segundo, es habitual que se genere con frecuencia un profundo malestar, incluso derivando en trastornos mentales como la ansiedad o la depresión. 

La lucha por conseguir la perfección esclaviza al sujeto. Estas personas consideran que deben esforzarse y trabajar cada vez más por conseguir sus objetivos; sin embargo, cuando evalúan sus resultados suelen estar inconformes con lo que han logrado, y consideran que no ha sido suficiente el esfuerzo.

Se evidencia, entonces, una percepción distorsionada de su rendimiento y de sí mismos: es común escuchar -en sus relatos- que son “poco capaces”, ineficaces y que no tienen el control suficiente de las situaciones que enfrentan, aun cuando sean bien reconocidos en sus entornos sociales, gracias a sus experiencias claras de éxito. Es decir, los otros sí son capaces de dar valor al esfuerzo que realizan, pero esto no evita que la persona considere como inacabado o mejorable cada trabajo que realiza. 

Estas características pueden desarrollarse desde la niñez y suelen estar asociadas a patrones de crianza, en los que priva una exigencia elevada por parte de las figuras paternas, quienes tienen además dificultades para reconocer los logros y esfuerzos de los hijos. Pueden ser padres distantes a nivel emocional y -a través del perfeccionismo- los hijos buscan conseguir mayor cercanía afectiva, sienten que deben ser excelentes e infalibles para recibir el amor de los padres.

7 características de una persona perfeccionista 

  1. Pensamiento rígido:  tiende a existir un pensamiento dicotómico: todo o nada. Les es difícil ver en perspectiva las situaciones y analizar los diferentes elementos de la realidad: “si el proyecto no ha salido bien es por mi culpa y porque no hice bien las cosas”.
  2. Búsqueda de control: esperan poder manejar las situaciones por completo y, con esto, anticiparse a posibles errores. 
  3. Sensibilidad a la crítica externa: los cometarios o sugerencias de otros pueden resultar devastadores, sienten que esto pone en tela de juicio su valía y moviliza las bases de su autoconcepto: “mi jefe me ha dicho que debo cambiar la presentación, seguro que se ha dado cuenta de que no valgo y que no sé lo que hago”. 
  4. Establecen comparaciones con otros: perciben que los demás logran mejores cosas y pueden sentirse inferiores. En ocasiones, replican las acciones de otros porque se sienten inseguros al tomar sus propias decisiones. 
  5. Procrastinación: postergan el enfrentarse a las tareas en las que sienten que pueden cometer errores. También tienen dificultades para terminar las actividades, ya que consideran que éstas no cumplen con las expectativas. 
  6. Subestiman sus logros: menosprecian los resultados positivos que consiguen. Una vez que se alcanza la meta propuesta, experimentan un alto nivel de insatisfacción, relativizando la importancia de la misma o la propia dificultad que representaba. Atribuyen la experiencia de éxito a factores externos.
  7. Crítica negativa: tendencia a percibir rápidamente sus errores y, ante la mínima detección de una equivocación, se activan ideas negativas de sí mismo. Esto genera sentimientos de inferioridad, culpa y fracaso.

Soy perfeccionista, ¿qué hago?

Como se señaló con anterioridad, hay características asociadas al perfeccionismo que son positivas, y que pueden ayudar a consolidar proyectos y metas, lo que -a su vez- genera bienestar, confianza y crecimiento. No se busca, en lo absoluto, perder capacidades de organización y de buscar hacer las cosas de la mejor manera posible, sino de aprender a gestionar aquellos aspectos que generan insatisfacción, autorreproches y evitar que se genere una imagen distorsionada de sí mismo.

6 cosas que pueden ayudarte con el perfeccionismo  

  1. Establece metas realistas, y estándares de éxito alcanzables. 
  2. Cambia el diálogo que estableces contigo mismo: reconoce tus logros, refuerza positivamente las acciones que realizas en el día a día y celebra tus éxitos. 
  3. Comprende que enfrentar los errores es parte del proceso natural de la vida y que no son éstos los que te definen como persona.
  4. Evita las comparaciones con otros: cada individuo vive una realidad particular con sus circunstancias. Céntrate en tus vivencias, en el camino que has podido recorrer y en lo que has podido construir. 
  5. Trabaja el pensamiento alternativo: en la mayoría de las situaciones, a las que te enfrentas, intervienen una serie de variables y muchas de ellas están fuera de tu control. Evalúalas con perspectiva, antes de asumir que tienes la responsabilidad de todo lo que ocurre a tu alrededor.
  6. Busca ayuda profesional: si sientes que estas situaciones te desbordan con frecuencia, es recomendable que busques apoyo psicoterapéutico. En la terapia se podrá comprender, con mayor detalle, el origen de estas situaciones y encontrar estrategias más específicas que permitan ver las situaciones desde distintos ángulos y gestionarlas con mayor efectividad.

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