¿Cómo se acompaña en la terapia de pareja?
En la sociedad actual cada vez es mas difícil encontrarse como pareja. Con los horarios extensos, las dificultades económicas y los factores sociales, existe cada vez más una sobrecarga de la pareja y una dificultad para mantener relaciones a largo plazo. La pareja, además, es un lugar donde uno se puede sentir acompañado y acogido, pero donde a su vez puede verter y proyectar ilusiones, frustraciones y miedos propios.
El objetivo de la terapia de pareja es entender la dinámica entre ambos miembros, no tanto con el objetivo de que permanezcan juntos a toda costa, sino con el fin de que puedan entenderse y comunicarse de otra manera.
MOTIVO DE CONSULTA EN LA PAREJA
En un inicio la psicoterapia de pareja puede convertirse en un lugar donde se busca a un mediador que decida quién está en lo correcto, o que les ayude a separase. En ocasiones se puede acudir a terapia como ayuda frente a una toma de decisión importante, como un cambio de país o dar el paso de ser padres. Debajo de estas razones suele haber dos personas que no se sienten entendidos, y que en casa pueden hablar de los problemas prácticos del día a día, pero que en ocasiones tienen dificultad para escuchar la parte emocional que hay debajo de las discusiones recurrentes.
La psicoterapia es un lugar donde ambos miembros se encuentran para poder comunicarse de otra manera. Es un espacio donde estar juntos y poder expresar al otro los miedos, frustraciones, deseos y culpas.
En la terapia de pareja se trata a ambos miembros como un todo, con una dinámica y una idiosincrasia particular. Se escucha la parte individual de cada uno desde la forma en que se manifiesta en la dinámica de pareja. Lo que se trabaja y acompaña es la parte común de ambos, entendiendo cómo lo individual tiene un efecto sobre esta. En muchas ocasiones cada miembro es portavoz de una parte que ambos comparten pero que sólo uno expresa. Se habla de qué miembro de la pareja expresa más los miedos que ambos tienen o de qué parte de la pareja expresa más las frustraciones de ambos. Por ejemplo, una pareja puede acudir a terapia porque un miembro está más en contacto con el miedo asociado a decidir tener hijos, y el otro miembro expresa más el deseo de poder tenerlos. En este caso seguramente miedo y deseo convivan en ambos al mismo tiempo, pero cada uno es portavoz de una parte.
¿QUÉ NECESITA REALMENTE UNA PAREJA CUANDO ACUDE A TERAPIA?
Más allá del motivo de consulta inicial, lo que necesitan ambos miembros es sentirse escuchados de otra manera. Buscan entender cómo la parte emocional de lo que han vivido de manera individual y conjunta afecta al momento actual. Por ejemplo, una persona que vivió un divorcio doloroso por parte de sus padres cuando era pequeño puede tener miedo a repetir lo mismo. O una persona puede tener miedo a crecer en la pareja porque eso implica asumir el paso del tiempo y aceptar el compromiso con determinadas decisiones, y la renuncia a caminos potenciales.
La pareja necesita a su vez entender la dinámica conjunta. Los miedos de uno pueden afectar al otro, o ser compartidos. La historia de lo que han vivido juntos, las pérdidas y el crecimiento que ha habido durante los años influyen y cambia la relación entre ambos. Es importante que en la terapia cada miembro pueda no solo evacuar su frustración, sino también responsabilizarse de su parte individual. Ver a la pareja de un modo integrado, donde no existe uno puramente bueno y otro puramente malo, sino que existen dos individuos que contribuyen tanto a lo constructivo como a lo destructivo de la pareja.
En este sentido también es importante dejar de idealizar la evitación del conflicto y perder el miedo al enfado. Entender que el conflicto es parte necesaria del crecimiento, ya que permite ver la parte individual de cada uno en la pareja. Valorar además que permitirse expresar el enfado tiene un lado sano en el que uno se siente seguro de que puede expresar frustración y el otro no va a abandonar la relación.
En definitiva, en las sesiones se escucha lo individual de cada uno, pero como una parte de la pareja. La pareja es tenida como un sujeto, con su historia, sus fortalezas y dificultades y con sus ganas de hacer algo diferente a lo que pudieron hacer sus padres o parejas de referencia. Dejando así de pedir lo que les faltó a quien no se lo puede dar.