Olivia Szinetar, psicólogo y psicoterapeuta de Sens, nos habla hoy sobre la ansiedad, cómo se siente y qué se puede hacer para tratarla.
Muchos de mis pacientes vienen a la consulta por ansiedad, se quejan y sufren por una sensación física y mental que los sobrepasa. Están preocupados, tienen pensamientos intrusivos, están inquietos e irritables.
A algunos lo que más les llama la atención es lo que sienten en el cuerpo: taquicardia, temblores, mareos, presión constante en el pecho, sudoración, un vacío en el estómago, falta de aliento. Muchos de ellos han ido al médico antes que al psicólogo por miedo a que fuese una enfermedad física.
El paciente con ansiedad reacciona como si hubiera un peligro real, aunque en realidad su vida no está en riesgo. El cuerpo emite una respuesta anticipada, se prepara para enfrentar un peligro inminente, por eso la ansiedad se siente como estar en un estado de alerta constante.
Cuando se siente ansiedad, la voluntad falla, aunque el paciente se esfuerce y haga todo lo posible por no sentirla, la ansiedad sigue allí. La meditación, los ejercicios de respiración, el repetirse frases de forma repetitiva que calmen ayudan, pero muchas veces no son suficientes. Porque aunque la ansiedad se siente en el cuerpo, su raíz está en la mente, el cuerpo habla y expresa algo que la mente no puede.
Un cuadro de angustia puede ser detonado por una situación de crisis para el paciente: un divorcio, la muerte de un ser querido, una mudanza de país, hacerse padre o madre, relaciones familiares conflictivas, dificultades en el trabajo, dificultades económicas. Pero también puede ocurrir que la causa de la angustia no sea evidente y que el paciente no sepa por qué siente tanto malestar. En cualquiera de los casos la ansiedad aparece como un intento de la psique de comunicar que algo no está bien y es importante escuchar este llamado.
Es importante tomar en cuenta que la causa de la ansiedad para cada paciente es particular y subjetiva, aunque existan situaciones de mayor vulnerabilidad, su significado y la vivencia de cada paciente es única. Pues cada paciente sufre dependiendo de su contexto actual, de su historia de vida, de las experiencias tempranas de su vida, de la forma cómo se tejieron sus relaciones afectivas durante su infancia. Por tanto, es dentro de este marco que se debe indagar en profundidad para dilucidar la causa de su angustia. El dolor de cada uno es particular, no hay causas preconcebidas para lo que cada uno siente.
La psicoterapia es el método idóneo para el tratamiento de la ansiedad, porque es el método que está hecho para escuchar eso único que trae y tiene que decir cada paciente. La psicoterapia establece la situación perfecta para que el paciente pueda profundizar poco a poco, en el por qué de su angustia, promueve que el paciente pueda hacerse preguntas en relación a lo qué le pasa y pueda trabajar en ir comprendiendo las respuestas, siempre acompañado por el psicólogo.
Algunas características de la terapia psicológica que la hacen un recurso apropiado para curar la ansiedad son los siguientes:
- En la psicoterapia el paciente se expresa, pone en palabras lo que le sucede, es libre, puede decir todo lo que necesite, sin ser juzgado. Se revisa el pasado y el presente de su historia y se conoce cómo ese pasado ha influido en el presente.
- La relación entre paciente y terapeuta es un medio para reparar. A través del vínculo con su psicólogo, el paciente puede experimentar y construir formas de relación más sanas. Partiendo de este vínculo se pueden identificar patrones de relación, formas de comportamiento y de enfrentar las dificultades que se han venido repitiendo a lo largo de la vida del paciente.
- Se profundiza en la comprensión y en la revisión de las relaciones interpersonales del paciente, para entender su rol en las mismas.
- Se trabaja para que el paciente tome consciencia de mecanismos que hasta entonces eran inconscientes y una vez sacados a la luz se abra para él, el cambio.