El Coronavirus y su rápida expansión han provocado que en la actualidad estemos atravesando una situación sanitaria y social sin precedentes. Esta situación novedosa y desconocida genera incertidumbre y aumenta la ansiedad en la población. La ansiedad es una de las dolencias psicológicas con más prevalencia en la sociedad. Por ello desde la psicología se ha hecho un esfuerzo especial en entender qué es la ansiedad y cómo se genera para poder combatirla de un modo eficaz, sobre todo en momentos de cambios inesperados y de incertidumbre. A continuación, presentamos tres claves para identificar y entender la ansiedad ante una epidemia sanitaria y sus consecuencias.
- ¿Qué es la ansiedad realmente?
La ansiedad es una respuesta emocional, de conducta y de pensamiento que tiene nuestro cuerpo ante una situación de estrés prolongado. El estrés es una respuesta adaptativa que prepara nuestro cuerpo para enfrentarse a una amenaza inminente. Todos los recursos se dirigen a hacer frente a esta amenaza y se paralizan otras funciones como la digestiva o la reproductiva. Si esta amenaza se mantiene prolongadamente nuestro cuerpo continúa en estado alarma produciendo la ansiedad.
El elemento que dispara la ansiedad puede ser tanto externo, por ejemplo, una situación laboral tensa, como interno, por ejemplo, una sensación de frustración con uno mismo. Las personas exigentes, con necesidad de sentir que tienen las cosas bajo control y con dificultad para tolerar la incertidumbre son más propensas a sentir ansiedad.
En la situación actual existe un fuerte estresor externo que favorece la aparición de la ansiedad. La incertidumbre de lo que va a ocurrir, el miedo a las consecuencias sanitarias y económicas y la sensación de no tener libertad para salir de casa son estresores fuertes que si se mantienen a largo plazo pueden generar ansiedad.
- ¿De qué forma puedes identificar si lo que sientes es ansiedad?
La ansiedad se puede manifestar de múltiples maneras dependiendo de la persona y de la situación. En principio la ansiedad se manifiesta en tres formas.
A través de la respuesta física. Las respuestas físicas pueden ser muy variadas incluyendo desde palpitaciones y dificultad para respirar hasta mareos, náuseas y sensación de distanciamiento del propio cuerpo. Estas respuestas físicas varían mucho de una persona a otra y suelen darse de manera inesperada, sobre todo por la noche.
A través de las respuestas de conducta. La ansiedad también se manifiesta a través de como nos comportamos. Muchas personas manifiesta la ansiedad a través de la comida, ingiriendo mucha cantidad sin sentirse realmente hambrientos o a través de dificultades para conciliar el sueño. Conductas cómo morderse las uñas o fumar más que de costumbre también son manifestaciones conductuales de la ansiedad.
A través de los pensamientos. Muchas veces la ansiedad se manifiesta a través de pensamientos recurrentes e impulsivos que la persona no puede evitar. Puede ser preocupaciones por los trabajos qué hay que entregar por situaciones familiares estresantes o incluso por pequeñas tareas como tener que responder a un mensaje. Generalmente se crean pensamientos circulares que son muy difíciles de romper.
Estos tres tipos de respuesta pueden darse a la vez o de manera separada. Además, suelen ocurrir de improviso cuando la persona está relajada o cuando se va a dormir porque en ese momento es cuando la mente no tiene distracciones y permite salir a esta respuesta interna de ansiedad.
- ¿Cómo afrontar la ansiedad en estos momentos?
Es importante identificar los síntomas de la ansiedad para poder afrontarla antes de que se cronifique y llegue a generar una sensación de agotamiento y el desgaste que lleva la persona a no tener fuerzas y deprimirse.
La clave para afrontar la ansiedad es entender cómo se genera e intentar pensar en qué mecanismos la están manteniendo. En la situación actual existen varias estrategias a las que puedes recurrir para hacer frente a la ansiedad:
- Gestiona el tiempo para ver las noticias y los medios de información. Exponerte durante horas a los telediarios puede sobrecargarte de información y generar pensamientos circulares sobre la situación. Es importante mantenerte informado, pero con limites que sirvan para protegerte y no sobrecargarte con datos que pueden generar miedos y pensamientos obsesivos.
- Intenta mantener tu rutina dentro de lo posible. Es importante mantener cierta normalidad y tratar que el impacto de la situación de aislamiento sea el menor posible. Para ello intentar mantener los hábitos que realizas normalmente puede ayudarte a reducir la ansiedad. Por ejemplo, puedes intentar hacer ejercicio en casa, comer a la misma hora o incluso tratar de hablar con compañeros de trabajo por teléfono.
- Cuídate. En el día día existen muchas responsabilidades de las que hacerse cargo. En una situación como la que estamos viviendo ahora es probable que estas responsabilidades aumenten y se vuelvan excesivas, al tener que cuidar de niños y personas mayores. Por ello es muy importante que reserves tiempo para realizar alguna actividad que te guste, para relajarte y para descansar. En estos momentos es crucial pedir ayuda si la necesitas y poder delegar algunas de estas responsabilidades.
- Recurre a tu apoyo social. Poder compartir como te sientes y exteriorizar tus emociones te hará sentirte acompañado. Un factor positivo de la presente situación es que todos estamos pasando por lo mismo al mismo tiempo. Por ello podemos apoyarnos mutuamente y entender fácilmente la ansiedad que genera este cambio brusco de rutina.
- Identifica los pensamientos que te generan ansiedad ¿A qué tienes miedo? Muchas veces visualizar aquello que temes ayuda a reducir la ansiedad y a ver que es poco probable que suceda.
- Acepta la ansiedad. Hay una parte de la ansiedad que es adaptativa a la situación. Es normal que las situaciones nuevas generen estrés porque algo está cambiando y nos preparamos para afrontar lo que venga. Estar en casa todo el día, tener menos acceso a actividades y al apoyo social son factores que afectan a nuestro estado de ánimo y es bueno entender y aceptar que no siempre vas a tener emociones positivas. Tratar de luchar y disminuir la ansiedad muchas veces tiene un efecto paradójico que hace que sientas más ansiedad, impotencia y frustración. Aceptar que hay momentos en los que puedes sentir ansiedad hace que no te centres en ella y reduce los pensamientos circulares y la sensación de impotencia, por lo que la ansiedad se reduce antes.
- Busca ayuda si sientes que la ansiedad incrementa o si sientes que has sufrido un ataque de pánico. Puedes recurrir a personas de tu entorno y amigos, además de contactar con algún profesional. Asimismo, a largo plazo la psicoterapia es una herramienta fundamental que te ofrece un espacio donde pensar y entender de dónde viene esta ansiedad. Las causas y el origen de la ansiedad son distintas en cada persona y por eso es importante realizar un tratamiento individualizado.
En resumen, aquello que puede ayudarte a manear la ansiedad es cuidarte y mantener tu rutina, además de buscar el apoyo social de aquellos que están contigo. Es muy importante que seas consciente de los momentos en los que necesitas ayuda, ya que el apoyo en los demás es una de los recursos que más ayudan a la hora de reducir la ansiedad.