Depresión en los adolescentes

 

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La cantidad de jóvenes con diagnóstico de depresión está creciendo a un ritmo alarmante.

En este año de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dedicado el Día Mundial de la Salud Mental a la depresión, por ser considerada uno de los principales trastornos de nuestra época. Los datos son alarmantes y estiman, para las próximas dos décadas, un aumento expresivo en el número de jóvenes deprimidos. La previsión es que, en 2020, la depresión representará la segunda causa de discapacidad en el mundo desarrollado.

Los estudios recientes apuntan que la depresión es una de las principales causas de morbilidad en los jóvenes entre 10 y 19 años. Es la novena causa mundial de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes y, en su forma más grave, puede conducir a la muerte accidental por autolesiones y/o al suicidio (la tercera causa de muerte entre estos jóvenes). Sin duda, estamos delante de un escenario muy preocupante.

¿Cómo actuar frente a este escenario?

Muchos problemas de salud mental tienden a aparecer al comienzo de la adolescencia, un periodo de cambios que, en la mayoría de los casos, es difícil tanto para el adolescente como para los padres. Las grandes trasformaciones de la adolescencia están relacionadas con la búsqueda de una identidad y de autonomía, donde está en juego la pérdida de la ingenuidad y del refugio que le suponía la vida familiar en la infancia.  Esto incluye conflictos relacionados con el cuerpo y con la sexualidad, la impulsividad, la dificultad en manejar frustraciones, la presión para ser popular, pertenecer a un grupo, tener un buen desempeño escolar (por ejemplo, para elegir una buena carrera), etc. No es de extrañar que, un momento transformaciones tan profundas y de duelos tan marcados, como la tarea de abandonar la posición infantil, el cuerpo infantil y las figuras parentales idealizadas, sea considerada una etapa crítica para el desarrollo de cuadros depresivos.

Estar deprimido es más que sentirse triste durante unos días. Es un profundo sentimiento de tristeza y desesperanza que dura mucho tiempo y dificulta llevar una vida normal. Estamos hablando de un grave trastorno mental, que afecta a la capacidad para afrontar la vida diaria y, algunas veces, puede llevar al suicidio.

Desgraciadamente aún existe un infradiagnóstico de la depresión en la adolescencia. Un importante porcentaje de adolescentes que presentan algún tipo de depresión no están diagnosticados correctamente, sobre todo por los cambios en los estados de ánimo tan propios de esta etapa de la vida. En este sentido, padres y docentes tiene una gran responsabilidad en la prevención y detección de esta patología.

¿Cómo saber si se trata de algo pasajero, típico de la adolescencia, o si estamos delante de síntomas propios de la depresión?

La depresión produce cambios emocionales y comportamentales, persistentes en el tiempo, que afectan la vida del adolescente en diferentes ámbitos: escuela, familia, grupo de amigos, etc. Incluye un conjunto de síntomas que se manifiestan con cierta intensidad, frecuencia y duración. Es recomendable buscar ayuda cuando, por lo menos, cinco o más de los siguientes síntomas persisten, durante más de dos semanas.

Cambios emocionales:

  • Sentimientos de tristeza persistente
  • Falta de interés o placer en las actividades normales
  • Sentimiento de desesperanza o vacío
  • Irritabilidad e ira
  • Frustración por cuestiones menores
  • Baja autoestima y necesidad de constantes muestras de “amor”
  • Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso
  • Sentimientos de culpa  exagerado o desprecio por sí mismo
  • Dificultad de concentrarse y problemas de memoria
  • Desesperanza en el futuro
  • Ideas frecuentes sobre la muerte, sobre hacerse daño o sobre el suicidio

Cambios comportamentales:

  • Exceso o falta de sueño
  • Aislamiento social (prefiere estar solo en su habitación)
  • Cansancio y falta de energía
  • Alteración en los hábitos alimenticios (falta de apetito y adelgazamiento o al contrario; aumento del apetito y aumento de peso)
  • Consumo de drogas (incluido el alcohol)
  • Agitación o apatía
  • Dolor de cabeza, dolor de estómago y/o malestar sin causa aparente
  • Baja en el desempeño escolar, fobia escolar y/o trastornos de conducta en la escuela
  • Aspecto descuidado
  • Autolesiones (el síntoma más visible de las dificultades de salud mental de esta generación)
  • Comportamientos agresivos o de riesgo (conductas negativistas y antisociales como hurtos y intentos de huidas)
  • Planificación o intento de suicidio

No siempre es fácil detectar la depresión; pero el aumento de los conflictos familiares, la disminución del rendimiento escolar; los hábitos, actividades y entorno poco saludables (los pequeños delitos, el uso de drogas, el sexo inseguro, el abuso de la internet); los trastornos de la conducta alimentaria; las autolesiones y la actitud violenta son, en la mayoría de los casos, señales de alarma.

¿Qué causa la depresión en los adolescentes?

La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos.

Factores de riesgo:

  • Tener problemas que impactan negativamente en la autoestima, como:  obesidad, discapacidad física, acoso escolar prolongado, deficiencia en el aprendizaje o trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
  • Haber sido víctima o testigo de violencia, como abuso sexual o físico
  • Padecer otros trastornos tales como; trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, trastorno de personalidad, anorexia o bulimia
  • Padecer enfermedades crónicas
  • Abusar del alcohol, tabaco u otras drogas
  • Ser homosexual, bisexual o transexual y sufrir rechazo en el entorno más próximo
  • Tener antecedentes familiares de depresión, trastorno bipolar o alcoholismo
  • Tener casos de suicidio en la familia
  • Tener una familia disfuncional y conflictiva
  • Situaciones recientes de grande estrés
  • Acontecimientos traumáticos de la niñez (el maltrato físico o emocional, la muerte de seres queridos, etc.)

En la sociedad actual, el uso inadecuado y abusivo de tecnologías por parte de los adolescentes en detrimento de las relaciones humanas, la crisis de valores, el fácil acceso a las drogas y la imposición de patrones irreales de belleza, generan un terreno muy fértil para el desarrollo de la depresión en edades cada vez más tempranas. Estudios recientes asocian el aumento de la depresión entre los jóvenes al abuso de las redes sociales, donde “ser popular” se ha convertido casi en una obsesión. El acoso en la escuela y el ciberacoso (acoso a través de dispositivos electrónicos de comunicación) también influyen de manera relevante en estos números y merecen atención especial. Otro de los componentes que juegan un rol fundamental en esta problemática, según los expertos, es el sistema educativo, por la exigencia de tener una carrera de éxito, por la extrema competitividad y la incertidumbre de la economía mundial.

¿Cómo podemos prevenir la depresión en adolescentes?

  • La comunicación entre padres e hijos es un factor muy importante. Una relación cercana y afectuosa permite que el adolescente se sienta cómodo para expresar sus sentimientos. Las figuras paternas son también responsables por promover la autoestima de sus hijos, a través de acciones de incentivo y valorización
  • Tomar medidas para controlar el estrés
  • Mantener amistades y relaciones sociales positivas , evitando el aislamiento
  • Realizar actividades físicas
  • Controlar el tiempo delante de las pantallas y los contenidos a los que tienen acceso

¿Cuándo consultar un profesional de salud mental?

Se debe consultar un profesional cuando los síntomas de depresión persisten en el tiempo y comienzan a afectar la vida del adolescente. En general, los síntomas de depresión no mejoran por sí solos y pueden provocar otros problemas si no se tratan. El tratamiento para la depresión en adolescentes debe ser personalizado en función de varios factores a analizar (por ejemplo; síntomas, edad, entorno, etc.), y deberá combinar, en la mayoría de los casos, psicoterapia y medicación con antidepresivos.

Atención:La depresión no es una debilidad o algo que se pueda superar apenas con fuerza de voluntad. Es una enfermedad que puede tener consecuencias graves y requiere tratamiento especializado.”

 

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